Al principio eran dos puñitos cerrados que a duras penas se abrían, de lo fuertes que los tenía apretados. Y ahora sus manitas se abren, juguetean con cualquier cosa; aún no coge bien los objetos, pero no para de moverlas y yo siempre imagino que está deseando poder experimentar.
Cuánto le queda por descubrir..., mientras tanto, yo seguiré mirándolas...
Que bonitas!!!
ResponderEliminarSusana que fotos mas tiernas
ResponderEliminar¡¡Gracias a todos! ! Me ha encantado hacerlas.
ResponderEliminarA mi también me han gustado. Marisa
ResponderEliminarPrecioso, Susana. a mi también me encantan las manos de los bebés. ¡Qué ternura!
ResponderEliminar