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lunes, 3 de junio de 2013

Cenicientos

He conocido a lo largo de mi vida a algunas personas que tienen un talento incomprensible para mis sentidos y, en cierto modo o en algunas ocasiones, envidiable: no enfadarse jamás. Y cuando digo jamás, digo jamás de los jamases. Eso significa que no se enfadan si les da plantón, si les fallan en la entrega de algún trabajo, si les descolocan totalmente los planes, si le hacen una pirula mientras conducen, si se les cuela alguien en la frutería e incluso, ¡¡incluso!! si alguien les desconfigura el móvil o se lo pone en árabe, chino o algo por el estilo.
Yo a estas personas mágicas las llamo "cenicientos", sí, sí, porque son como la Cenicienta, que a pesar de estar explotada y humillada por su madrastra y sus hermanastras, conservaba siempre una sonrisa encantadora y tenía un carácter de lo más amable. ¿Como lo harán? ¿Será eso bueno para la salud? Elsa Punset, si me estás leyendo, me gustaría que valoraras hacer un programa especial en tu sección de Redes. Me sacaría de muchas dudas.
Pensar que hay personas así, en cierto modo me incomoda, porque yo no soy así, yo me enfado y tengo mis nubes, nubarrones o nubecitas negras, como creo que la mayoría de los mortales. ¿Tal vez los cenicientos lo interioricen todo y se enfaden mentalmente? A lo mejor cuando les hacen una faena invocan a todos los demonios y te imaginan cociéndote en la olla de una tribu de caníbales, o simplemente se acuerdan de tu Santa Madre; o tal vez no, puede que realmente no les importe nada de nada, tengan una actitud positivísima, todo les resbale y nada les afecte. Seguro que tienen mejor salud, la piel más tersa y los omegas ésos mucho más activos.

Mírala ella, tan contenta y cantarina mientras friega el suelo de rodillas.


Y es que últimamente he pensado mucho en ellos, porque a mi hijo le ha dado ahora por querer ver a todas horas la película Cenicienta, y todavía sigo sin encontrar el mensaje que intenta transmitir a los niños. ¿Que a pesar de que te vaya rematadamente mal, tienes que conservar la sonrisa porque así, algún día, tu suerte cambiará? o..., ¿que a pesar de que, con perdón, te puteen sin piedad, tú debes poner la otra mejilla, el otro carrillo y tus carnes enteras?
No sé, no sé, pero es que a pesar de haber visto Cenicienta como 100 veces en el último mes, sigo sin entender esa sonrisa cándida cuando la madrastra le ordena, de muy malas maneras, limpiar los cristales, las escaleras, las cortinas, los ventanales, lavar, planchar y zurcir la ropa, ¡¡en un mismo día!! ¡¡Madre mía!! ¡¡¿Pero esta tía quién es?!!, ¿¿Santa Cenicienta Mártir de todos los Disneys??, ¿¿Cómo no las mandará a freír espárragos??, ¿¿o a hacer puñetas, simplemente??
Por eso, de ahí deduzco que a los cenicientos, al igual que a Cenicienta, algún día les irá genial, o tienen menos problemas que el resto, cantan con los pajarillos cada mañana y no les importa hasta que les hagan un traje jirones.
Desde luego que no enfadarse seguro que es buenísimo para muchas cosas, pero yo soy de las que piensan que sacar eso que te ha molestado, de alguna manera, es más beneficioso que guardárselo. Habrá opiniones para todos los gustos, miles de personalidades y mil maneras de afrontar las cosas. Yo suelo hacerlo hablando, hablando y hablando. Los que me conocen lo saben y me aguantan bien ;-)

8 comentarios:

  1. Marta Martínez Arroyo4 de junio de 2013, 20:38

    ¡Yo conozco a un ceniciento! Estar con él es increible, realmente son capaces de transmitir ese estado de placidez, esa seguridad de que sólo lo importante es importante y que no demás es accesorio. Ojalá conociera a muchos más...

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    1. Sí, yo también conozco a algún ceniciento, y la verdad es que da gusto tratar con ellos. Que conste que yo no soy ninguna enfadica, jejeje, pero a veces no puedes evitar llevarte un sofocón y luego piensas "¡pero bueno!, ¿y esto para qué??"

      ¡¡Gracias!!

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  2. Sacar lo que llevas dentro te alivia algún que otro dolor (de cabeza, de estomago) lo que si es cierto, es que con el tiempo te vuelves un poco "ceniento", valoras más el estado de paz y el no enfadarte, dándole la importancia que se merece a cualquier circunstancia. Buenas noches!

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    1. EStoy de acuerdo contigo; es cierto que cuando algo te contraría, a mí al menos me alivia sacarlo, contarlo, enfadarte a veces con el mundo. Y con el tiempo te das cuenta de que esos dolores de cabeza no deben suceder por nimiedades.
      ¡Buenas noches a ti también! ¡Y gracias!

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  3. No se si llego a la categoría de cenicienta, pero si es cierto que es muy difícil enfadarme o molestarme, ahora, cuando me enfadoooooo......

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    1. Jajajaja, normal, normal, si no te enfadas nunca, cuando lo hagas una vez cada miles de años, lo das todo, jajaja.
      Es mejor no enfadarse nunca, pero en fin, a veces no se puede evitar.
      ¡Gracias!

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  4. A mi me gusta la gente más temperamental...que un día venga triste, enfadado y otro día lo haga alegre y optimista...me gusta conocer a la gente con todos sus "estaciones", en invierno y en verano, primavera y otoño.

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    1. Bueno, a mí es que me cuesta pensar que haya gente que jamás jamás se enfada o tiene un bajón. Los conozco que nunca se enfadan, pero no vivo con ellos; creo que es inevitable a veces sentirse mal, o disgustado. La cosa está, creo yo, que que sea el meno número de veces.
      ¡Gracias!

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